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miércoles, agosto 19, 2009

SOBRE EL KAWIN

EL KAWIN

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E. G. ALVIAL ABARCA

 

O… ALGUNAS IDEAS EN TORNO AL PSICOANÁLISIS EFECTUADO A LA MUJER DE PUTIFAR SOBRE SU DESEO INCONSCIENTE.

O… UN INTENTO DE DESCUBRIR LA CANTIDAD DE ESPOSAS DE PUTIFAR QUE ANDAN POR EL MUNDO.

 

Por esas tantas cosas inexplicables de la vida, hay temas o ideas que de pronto se atraviesan y se van mostrando poco a poco, hasta que uno se decide o no a escribir, pero se decide.

Me ocurrió con este tema y que se inicia precisamente cuando salen a la palestra los típicos rumores de fin de año salpicados de mucha insidia. A poco andar, y hurgueteando en esas mágicas librerías viejas, descubro un texto con ese tema, no era más que un pequeño librito pero su título era tremendo. Además porque el tema no ha sido tratado  como debiera. Por supuesto, lo compré al mismo tiempo que se dormía mi interés por afanarme en torno a ese tema.

Volvió a aparecer en un II ENCUENTRO DE PROFESORES realizado en marzo de este año. Allí surgió como el tema. Sin duda, extraño porque este se lleva a la práctica en pasillos, en corrillos y en pequeños grupos, nunca en serio ni en público. Concluíamos en ese momento que era uno de los escollos más grandes que tiene que superar un grupo humano, ya sea en una empresa o en un Colegio, especialmente en un Colegio como el nuestro que tendría que dar el ejemplo en lo que a relaciones humanas se refiere. Porque si “el bien tiende a unir, a asociar, a crear comunidad, el mal encarnado en la calumnia separa, desune al grupo convirtiéndose en el “modelo del pecado” porque el calumniador hace el mal, quiere el mal, contempla el mal y se saborea en el...”. Michel ADAM, el autor de esta cita sin duda reconoce al calumniador o calumniadora como un ente casi diabólico, nosotros diríamos un grave problema social.

 

EL INICIO...

 

Teóricamente el calumniador o la calumniadora es reconocible de inmediato, sus diálogos son insinuaciones en tono confidente... “...mira, lo que te voy a contar es algo muy delicado...”, “... la verdad es que lo he pensado bastante antes de decidirme a decírtelo, pero como eres una gran persona debo confesártelo...”,  porque es desde la intimidad de la otra persona que el calumniador confecciona un campo, un espacio que posibilite lo que viene, así como un labrador que prepara el terreno para sembrar. Porque la confidencia ha hecho surgir, cuando tiene éxito, un encuentro, así el calumniador va a volverse complementario con el que le escucha y en sus papeles, como dos polos que se ayudan mutuamente, pues el oyente ha caído en el campo que el otro domina y allí el lenguaje más preciso es el de la intimidad: “Oye, por favor, por  ningún motivo puedes juntarte con Zutano y Perengana, son conflictivos, ¡ten cuidado, son muy conflictivos, yo te aviso porque te estimo!...  ¡tómalo como un consejo de una amigo.!”.

Las palabras que maneja el kawinero o kawinera, en nuestro lenguaje,   es afable, simpático, atrayente, pero sólo busca del que escucha que escuche y no que participe realmente, más todavía, la intención es someter al que escucha y tenerlo a su disposición completamente. Un manipulador oscuro de la palabra que pretende manejar los hilos sin intervención de nadie más.

 

PERO... ¿Y POR QUÉ?

 

El por qué una persona se vuelve calumniador o calumniadora es un tema que mayormente no preocupa a la gente, por el contrario, generalmente se apuntan los dardos hacia la calumnia misma que provoca irritación, rechazo, malestar. Pero, falta esa frialdad de análisis que nos lleva a preguntarnos por el calumniador propiamente tal. El citado Michel ADAM es categórico y su ataque es frontal hacia el calumniador: es un sujeto venido a menos, poca cosa socialmente, con muchos conflictos de autoestima y de inseguridad que, por esto mismo, no puede hacer de su vida una aventura o un cuento maravilloso. Debe crearse una vida que lo eleve de status social. Al sentirse superado por el medio, sin identidad, anónimo, le molestan sobremanera quienes valen más que él o ella y están sobre él o ella. Atacará a quienes lo han superado para anularlos y rebajarlos.

Uno de los casos más conocidos por los especialistas de la calumnia es el de la esposa del soldadado romano Putifar. Este soldado fue quien compró a José como esclavo y lo llevó a sus servicios. La esposa de Putifar mostró un interés especial por el joven empleado, pero José se negó terminantemente a acceder a sus insinuaciones. En un momento determinado, la esposa llama a José a su habitación e insiste: "Acuéstate conmigo.” Mas, José vuelve a negarse y sale huyendo, pero se le cae la capa, Esta situación la aprovecha la mujer de Putifar, pues cuando éste vuelve acusa: “El esclavo hebreo, que tu nos trajiste, se me acercó para burlarse de mí. Ha querido aprovecharse de mí, pero yo grité pidiendo auxilio, salió huyendo y dejó su ropa en mis manos”.

Lo interesante nos es relación del calumniador con el calumniado, eso es un asunto secundario, lo más importante aquí es la relación entre la calumniadora, la mujer de Putifar, con la virtud. José puede ser cualquiera, Pedro Juan o Diego, no importa, pero lo que no es cualquiera es esa relación que tiene el calumniador o calumniadora con los valores, porque no odia a José o no odia al calumniado sino que odia la virtud que ella no posee, el bien que ella no posee. La calumniadora carece de tantos elementos, le faltan tantas cosas para ser persona que necesita robarlas o inventarlas a través de la mentira, y en un intento desesperado trata de rebajar al otro a su nivel (el chaqueteo, el tirar para abajo, viene a ser lo mismo).

Surge una relación entre el calumniador y el calumniado, pero una relación de dependencia en que el primero no puede vivir sin el segundo, transformándose, entonces, en un enajenado, es decir, un sujeto que vive en lo otro, en lo ajeno a si mismo, un perdido de sí mismo. Se ve “obligado a mentir” porque su mundo no le parece ya accesible a una vida normal, ve su vida y su hacer cotidiano miserable y mínimo, sin encanto, sin futuro. Construye un mundo ficticio, inventa mentiras y se aferra a ellas como un “salvavidas vital”. Pero, el calumniadpr es un hombre o una mujer débil para dominarse y vencerse, es incapaz siquiera de conocerse y comprenderse, y se esconde así mismo en una conducta hostil, huraña. Hecha mano a las reglas morales cuando se trata de los demás, se muestra moralmente valioso ante el mundo social. Esta conducta hipócrita, que en el fondo no es más que un mecanismo de defensa, disfraza sus defectos y se los endosa al prójimo. Los psicólogos han llamado a este mecanismo de diferente manera: el chivo expiatorio, la proyección y que se puede resumir en el texto evangélico que nos recuerda: vemos la paja en el ojo ajeno y no la viga en el nuestro. VAUVENARGUES en sus máximas es más directo porque nos dice: despreciamos muchas cosas para no despreciarnos a nosotros mismos, y esto simplemente porque quienes desprecian a los hombres se creen grandes hombres...

 

Y ENTONCES...

El calumniador o calumniadora, al final de cuentas, es un envidioso que no vive su vida sino que necesita vivir la vida de los demás, a través de un mundo en que la mentira es la esencia de su acción.

Y, bueno, cuando alguien se pegue a su oído y en tono muy confidente le susurre... “... no se cómo decírtelo, pero sólo porque eres mi amigo... ¿sabías tu que Hugo, Paco y Luis están en la lista negra de los despidos? ¿lo sabías?, bueno, sólo porque eres mi amiga... “ , ya sabe lo que tiene que hacer...

 

 

 

 

lunes, septiembre 25, 2006

COMPETENCIAS & PROYECTO EDUCATIVO


E. G. ALVIAL ABARCA 

 

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     La nueva realidad se nos impone sin preguntarnos y, como siempre, el hombre no se encontraba preparado. Mucho menos los profesores. Los profesores solamente han sentido los coletazos de la debacle globalizacional y lo han sentido en medio de la sala de  clases: desmotivación, otros interese, cultura del placer, nuevas tecnologías, nuevas competencias, etc.. Ha surgido la Sociedad del Conocimiento y la información, y trae a cuestas el capitalismo informacional con sus dos temas esenciales son la productividad y la competitividad.

     Se necesitan competencias nuevas para enfrentar este nuevo estados de cosas: la acumulación creciente del conocimiento y sus diversos modos de producción del mismo; el capital intangible; la innovación como motor del crecimiento económico; la revolución digital y sus relación con el conocimiento, y el nuevo enfoque sobre los empleos. Este último por ejemplo, considera dos tipos de trabajadores: el genérico y el autoprogramable, donde este último cuenta con las posibilidades de adaptarse al nuevo medio, pues se va adecuando a lo que sucede, tiene la posibilidad de estudiar, y hasta puede cambiar de giro. El profesorado sufre con estas innovaciones.

     El tráfico de información es significativo para explicar como el mundo está cambiando y como surgen nuevos empleos desde la concepción digital: Jeffrey Sachs en su libro El Fin de la Pobreza: cómo conseguirlo en nuestro tiempo, relata la experiencia de India en relación la información: un hospital de Chicago tiene una relación contractual con la India: los médicos dictan los informes clínicos y los envían vía satélite, en archivo de voz, a la India, Shenai. En Shenai hay un grupo de de digitadores y digitadotas que transcriben estos archivos a textos, que son enviados vía Internet al Hospital de Chicago, como la diferencia de hora es de 10 horas, en la mañana cuando llega el médico a su oficina, tiene todos sus informe clínicos en las carpetas respectivas. Los digitadores indios ganan entre 250 y 500 dólares mensuales, entre una décima o tercera parte de lo que ganaría un transcriptor americano, pero es más del doble que gana un obrero.

    Nos encontramos en este caso con nuevos empleos en relación a la información, una economía diferente que repercute al interior de la India, y tenemos un grupo de mujeres jóvenes que esquivaron la prostitución, aprendieron inglés, viven solas y gobiernan sus vidas. Todo un choque cultural pues significó renunciar, por ejemplo, al matrimonio, negocio familiar que tiene reglas estrictas. Pero, al final y a pesar de todo: tenemos mujeres liberadas gracias a la revolución digital.

    Se necesitan nuevas competencias para enfrentar la revolución de la información. Pero y quizás es lo más alarmante, aunque sea al principio de la revolución, ésta posibilita la aparición de ciertas redes que el autor denomina economía criminal global y que a lomo de conocimientos y vacíos internacionales que no se adaptan aún a las nuevas reglas, una especie de anomia, pondrían en jaque a las sociedades. Por la rapidez y adaptación de estas redes criminales a la sociedad del conocimiento, llevarían años de ventajas a sus más cercanos perseguidores. Se han dado casos en que el FBI ha tenido que contratar hackers informáticos para combatir a hackers informáticos, los mismos que quizás sabotearon los archivos del FBI, la Casa Blanca, etc..

     Y claro, se llama a la educación a que colabore en crear ciudadanos preparados para enfrentar estos tropiezos sociales justo cuando ella está cuestionada por todos los lados. Pero, a su favor, el autor reconoce algunos datos que son importantes. La educación tiene esa responsabilidad, pero es necesario colocar al profesor en el lugar que corresponde económicamente y además entregarle o dotarlo de todos los materiales que necesita para realizar su trabajo, de otro modo es poco probable que los educadores comprendan que es ahora o nunca intervenir la sociedad.

     Es necesario conocer las estrategias del pensamiento complejo que nos puedan dar las luces para conocer el fenómeno social que está ahí afuera y el modo de enfrentarlo. Porque que los jóvenes requerirán competencias como: capacidad de aprender y manejar información, capacidad de decisión y ejecución, comunicación de la información y de las ideas, el manejo de conflictos, negociar, introducción e cambios; flexibilidad, apertura e influencias, habilidades administrativas y de gestión, orientado hacia el logro, manejo e presiones y trabajar bajo presión, razonamiento estratégico, liderazgo y capacidad para influir y conducir, conocimiento de si mismo, autodesarrollo y auto gestión, que desde los paradigmas que se dominan es imposible.

     Surge la necesidad de la claridad de un Proyecto Educativo y su coherencia con el proceso que le sigue, con medios y estrategias que coloquen en el centro de la gestión al alumno donde el hecho pedagógico sea el producto de un profesor mediador que desea que el sujeto aprenda a aprender no solamente en lo académico, sino aprenda a construir su propia vida, para contribuir éticamente a crear la riqueza que la sociedad necesita para su bienestar. Estamos hablando de un hombre íntegro e integral.

Y... ¿CUÁNTO SACASTE...?

E. G. ALVIAL ABARCA 

 

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    La opinión pública chilena tiene una mala impresión de la educación, de hecho la nota 5.0 que había logrado tiempo atrás, hoy día sólo es 4.5. Centrada en la memoria, en el escaso manejo informático y sin saber cómo enfrentar contenidos más complejos, era de esperarse. El aprender a aprender sigue siendo el logro de algunos pocos colegios particulares pagados.

     Es necesaria una educación de calidad para que las universidades no acusen falta de estructuras cognitivas debidamente consolidadas. Es necesario cambiar el paradigma si queremos que el joven llegue a la universidad y pueda resolver problemas académicos y problemas de situaciones de su propia vida cotidiana. Esa es la realidad y al mismo tiempo el gran problema.

     Desde el enfoque memorístico, almacenamiento de conocimientos y su reproducción mecánica, es imposible fortalecer las competencias, es decir, es imposible que el joven aprenda, desaprenda y reaprenda, transformándose en constructor de su propio conocimiento. No se puede. Es imposible.

     Es urgente cuestionar el exceso de memorización, el énfasis de los contenidos y el producto, el exceso de aprendizaje reproductivo, la pobreza de las destrezas básicas y la falta de relación entre experiencia y capacidades reales del alumno. En su lugar, se requiere de una educación con énfasis en la espontaneidad, la autonomía, la construcción de los aprendizajes por parte del alumno. Más todavía, centrarse en el proceso y la estrategia, en las herramientas mentales duraderas, en el mejoramiento de las destrezas asociativas, regulaciones y control, matacognitivas y estimular la creatividad. Solamente de esta manera podremos desarrollar integralmente e integradamente a la persona, a nuestro alumno.

     El paso del pensador natural al pensador efectivo requiere más conocimientos y conciencia, porque el desarme del paradigma anterior toma tiempo, conocimientos, madurez, equilibrio y visión de futuro. Y lo que más complicado todavía, depende de la visión y misión ideales reales de la institución.

     En la actualidad, la competencia implica una carrera insensata para escalar el ranking; insensata porque se ocupa exclusivamente del producto, de los contenidos sin considerar las estrategias, sin considerar las motivaciones de toda la comunidad, sino sólo y exclusivamente el competir sin saber cómo llegar. Los jóvenes son adiestrados en lograr 700 u 800 puntos y no son fortalecidos en sus competencias.

     Impacto, miedo, inseguridad provocan los resultados de la PSU, SIMCE en los profesores, directivos, apoderados. ¿Se subió? ¿Se bajó? ¿Cuánto más? ¿Cuánto menos? Lo que cual se agrava más cuando aparecen los rankings de Qué Pasa, El Mercurio. ¿En qué lugar estamos? ¿Estamos entre los 100?

     Al actor central de esta tragedia tampoco le va tan bien, nadie le pregunta ¿qué eres capaz de hacer? A nadie le importa si es solidario con los demás, si respeta las etnias, si prefiere la paz y si tiene el dialogo como arma o si es un buen ciudadano. Nadie le pregunta si se siente persona. La pregunta le llega a mansalva, como un disparo desde la oscuridad: ¿cuánto sacaste?